El "Efecto Ojota": Un insólito descuido provocó un fuerte choque en cadena en el centro salteño

Un motociclista perdió su calzado en plena marcha, lo que desató una frenada de emergencia y dejó a un taxi incrustado bajo una camioneta.

26/12/2025NicolásNicolás
Captura de pantalla 2025-12-26 105127

FRENTE A FRENTE.-La mañana en el centro de Salta suele ser caótica, pero lo ocurrido hoy en las primeras horas del día superó cualquier guion de comedia. Lo que comenzó como un desplazamiento habitual terminó en un siniestro vial de magnitud, con daños materiales de consideración y un protagonista inesperado: una ojota rebelde.

El drama del calzado

Todo transcurría con normalidad hasta que el semáforo dio el verde. En ese instante, un joven motociclista —que circulaba con un calzado poco apto para la seguridad vial— sufrió un percance logístico: su ojota decidió abandonar su pie en el momento menos oportuno. Ante la pérdida de la "mista" (como la bautizaron los testigos en el lugar), el conductor de la moto, en un acto de reflejo desesperado por no quedar descalzo en medio del asfalto caliente, clavó los frenos de manera imprevista.

El impacto: un taxi "de adorno"

Detrás de la moto circulaba una camioneta, que logró frenar a tiempo para no arrollar al motociclista ni a su calzado. Sin embargo, la cadena de fortuna se cortó ahí. El taxista que venía detrás no contó con la misma visibilidad ni tiempo de reacción. El impacto fue tan violento que el frente del taxi quedó literalmente incrustado debajo del paragolpes trasero de la camioneta.

"Estaba por salir en verde y adelante mío había un muchacho manejando en ojota... se le cayó la mista justo en ese momento y bueno, frenó. El taxista no me vio y me terminó chocando" , relató el conductor de la camioneta, todavía incrédulo ante la secuencia que acababa de presenciar.

Saldo y advertencia

A pesar de la espectacularidad del choque y de ver al taxi prácticamente "abrazado" a la camioneta, no se informaron heridos de gravedad, aunque los daños materiales son cuantiosos.

Más allá de lo bizarro de la anécdota, el hecho pone bajo la lupa dos cuestiones serias: la distancia de frenado y el uso de calzado inadecuado al conducir. Mientras el motociclista seguramente recuperó su ojota, el taxista se llevó la peor parte de una mañana donde la seguridad vial se tomó un descanso.

El tránsito en la zona céntrica sufrió importantes demoras hasta que los vehículos pudieron ser desenganchados y retirados de la calzada.

Lo más visto